Aita Tettauen: 26

Aita Tettauen de Benito Pérez Galdós Tercera parte - Capítulo VI Y en esto, como si de la sierra se desgajase uno de los montes más altos rodando en pedazos mil hacia el llano, vimos que se arrancaba nuestra Caballería en número de cinco mil jinetes, con infinidad de colorines y relumbrón de arreos y armas, corriendo a envolver a los españoles por su flanco derecho. ¿Cómo podrían contener los de O'Donnell este formidable pedrisco? Me han dicho que el suelo retemblaba, y que por el aire surcaban como llamaradas las exclamaciones de los jinetes, enardecidos por la fe y envalentonados por la seguridad del triunfo. Este hubiera sido grande y decisivo, si Satán, que entre las filas españolas andaba con todos sus diablos para dañar al Islam, no sugiriese a nuestros enemigos un infernal ingenio de guerra, el más indigno y bárbaro que puede imaginarse. El General de la Reserva, que me parece se llama Ríos, destacose del fuerte de la Estrella, que era el puesto que...

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