Aita Tettauen: 16

Aita Tettauen de Benito Pérez Galdós Segunda parte - Capítulo IX Si consideramos al Ejército español empantanado en las marismas del río Capitanes como un gran cuerpo de hombre, y en todas las partes de este cuerpo, entrañas, miembros, sangre y piel, suponemos el cruel padecimiento resultante de la horrible situación moral y física, debemos afirmar que el dolor más intenso y vivo estaba en el cerebro; y el cerebro era O'Donnell. Hombre bien templado para el infortunio, lo soportaba con estoica entereza. Pudo decir a su Ejército, imitando a Felipe II: «Os he traído a luchar con los hombres, no con las tempestades». Pero más justo y más filósofo que aquel Rey, pensaba que si era suya toda la gloria de haber iniciado aquella guerra, no debía culpar del desastre a la casualidad, sino a sí mismo. ¿Cómo no vio que la marcha de Ceuta al valle de Tetuán por la costa representaba un enorme desgaste de fuerza y de tiempo? ¿No previó que a la mitad de este arduo...

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