XXXII. De la muerte, a manos de herejes luteranos, del padre Fray Tomás de San Juan, e ida del señor marroquín a la Verapaz
De los padres que por orden del padre vicario fray Tomás Casillas se quedaron en Guatemala, fue uno el padre fray Tomás de San Juan, religioso de muy buenas partes y las ejercitó algunos días en la ciudad de Santiago, en consejos, confesiones y sermones. Aprendió muy en breve la lengua de aquellas provincias e hizo mucho fruto con su predicación y doctrina entre los naturales. Gastó algunos años en estos santos ejercicios y, ofreciéndosele una jornada a la Nueva España, despachados los negocios, envió los recados y quedóse por morador de la provincia de Méjico. Estuvo algún tiempo en la ciudad y supo allí con mucha perfección la lengua de los naturales y empleóla en algunos pueblos de la comarca enseñándoles el camino del cielo. Acompañando su doctrina con una santa vida y muy ejemplar modo de vivir, parecióle volverse a morir a España, y alcanzando para ello licencia con mucha dificultad, en la mar un corsario luterano embistió con el navío en que...
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