XI. De la llegada y estada de nuestros religiosos en Campeche
Antes que salgamos de la mar quiero apuntar algunas de las mercedes que Nuestro Señor ha hecho a esta comunidad, porque quizás no las echarán todos de ver aunque las lean. Primeramente es de notar cómo se dio licencia a tantos religiosos y tan queridos allá, y algunos no poco necesarios en aquel tiempo, y cómo los juntó todos tan presto unos de una parte, otros de otra. Gran merced fue de Nuestro Señor que saliésemos de Salamanca tantos frailes juntos y algunos delicados y con tan recio tiempo y a pie y no nos faltase nada por el camino y llegásemos todos buenos y sanos a Sevilla. Gran merced fue que tuviesen cincuenta huéspedes en Sevilla tantos días tan si pesadumbre, antes con tanta alegría cuanta jamás vieron frailes que pasasen a Indias. Gran merced fue que nos embarcásemos, cuando todos decían que habíamos de morir con calmas y que nunca las viésemos hasta cerca de Santo Domingo, y que en tal tiempo tuviésemos el temporal que he dicho. Gran cosa fue que amigos...
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