En el capítulo anterior se hizo referencia a la ventajosa situación de la ciudad de La Habana con respecto a las restantes provincias y poblaciones de la Isla para el desarrollo de la ciencia y en específico para el surgimiento de proyectos asociativos entre los científicos. Pero eso no significa que fuera el único lugar donde los científicos, o los profesionales de la medicina y disciplinas afines, por limitado que fuera su número, intentasen aprovechar los beneficios del llamado espíritu de asociación. En otras ciudades, siguiendo el ejemplo de la capital, no demoraron mucho en aparecer nuevas sociedades científicas, ni dejó de manifestarse el culto a las ciencias como señal de progreso y civilización. La extensión del interés por la ciencia fuera de la capital es un aspecto poco tratado en la historia de las ciencias en Cuba, bien porque las fuentes empleadas se originan por lo general en La Habana, porque la gran mayoría de sus cultivadores residen en ésta, o...